lunes, 23 de marzo de 2009

La maldición de un apellido con peso: Jordan

Hoy rescato un artículo publicado por Marca, que me ha parecido muy interesante, y ofrece muchas reflexiones sobre nombres de hoy y del futuro, y es que la fama, cuesta un precio que a veces, hipoteca la vida de generaciónes futuras:

La Maldición de apedillarse Jordan

Las lágrimas de Michael Jordan en la grada de la cancha del instituto Chicago Whitney Young eran las de un padre orgulloso al ver cómo su hijo menor, Marcus, lideraba a su equipo al título del Estado de Illinois con 19 puntos en la victoria sobre Waukegan. "No estoy llorando, al menos no por mí", decía MJ, que se había saltado el partido de sus Charlotte Bobcats contra los Indiana Pacers para estar con su hijo.

Jordan, ganador enfermizo, sabe lo que cuesta vencer. Y, quizá, también sabe que llevar su apellido es una carga tan fuerte que cualquier logro cuesta mucho más. Quizá sea el último gran triunfo de Marcus, quien a partir de ahora tendrá que soportar las comparaciones hirientes con su inalcanzable padre. Antes le ocurrió a su tío Larry y a su hermano mayor, Jeffrey. Éstas son sus historias.




El hermano mayor era demasiado pequeño

Larry Jordan sólo mide 1,72 metros. Aunque su salto era mucho mayor que el de su hermano Michael, nunca pudo opacar su impresionante figura. Larry, puro músculo, era la estrella del instituto Laney, y Michael quería ser como él. Fue su gran amigo y su primer rival, el que creó su impresionante sed de victoria. "Si hubiera medido 1,90, estaríamos hablando de Michael como el hermano de Larry", dice Clifton Herring, entrenador de ambos en el instituto, en el libro "Michael Jordan y el mundo que él creó". "Cuando me ves jugar, ves a Larry", declaró en una ocasión Jordan.

Con su estatura a cuestas, Larry dejó el basket, a pesar de que hacía unos mates increíbles, como se puede ver en el vídeo de debajo de estas líneas. Tuvo una oportunidad de ser profesional en una liga que se creó en la que sólo se admitía a jugadores de menos de 1,87 metros, aunque no quiso. El equipo de Chicago le ofreció un contrato, pero Larry sabía que sólo lo hacían para explotar el atractivo de su apellido.


Jeffrey, en el nombre del padre
Jeff Jordan es un base zurdo, normalito, becado por la Universidad de Illinois, que estudia psicología con notas brilantes y juega al baloncesto con el número 13. En su segundo año universitario apenas promedia cinco minutos y un punto por partido. Sin embargo, su apodo, 'Lil' J' ('Pequeño J') habla de la constante referencia a MJ, un jugador sideralmente mejor. Su nombre, Jeffrey, es el segundo de su padre, lo que hace aún más evidente el vínculo.

Muy protegido, apenas hay imágenes suyas jugando, aunque es el jugador de Illinois que más entrevistas concede a nivel nacional. Previsiblemente no pasará del nivel universitario, y siempre será comparado con sus genes. Así jugaba el día que debutó con su universidad.




Marcus, el mejor de los hijos

El mediano de los hijos de Michael Jordan y Juanita (la pequeña es una chica, Jasmine) parece el mejor de ellos. Como Jeff, también juega de base, tambié bordea el metro noventa y también es zurdo, pero ya ha demostrado que puede ser un buen jugador universitario. Tiene buena capacidad de salto y carácter ganador, como demostró anotando los cuatro tiros libres decisivos del partido por el título del Estado en un final apretadísimo que terminó 69 a 66.

Marcus ha tenido que convivir con la presión desde que era un niño. Hace dos años se televisaron tres partidos suyos por ESPN sólo para que la gente pudiera ver al 'hijo bueno' de Michael Jordan. Su imagen, con perilla y gafas para jugar, se aleja totalmente de la de su padre. Si consigue también espantar su sombra, quizá logre jugar al basket en paz.

2 comentarios:

  1. empecé a publicar en el blog. a partir de ahora lo haré de forma mas frecuente, lo prometo, pasate!

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  2. Jose dijo...
    Lo de las maldiciones es increíble. ¿No os enterásteis de lo que sucede en Salta - Argentina? Un chabal que era Concejal de aquella ciudad había sido esotérico y le armaron una cosa muy fea. Los maldijo con nombre y apellido a los conspiradores. Todos los malditos están cayendo como moscas. Este es un "tutankamón" de Argentina. La noticia la podéis leer en www.saltanoticiassalta.com
    o escribid en Google "maldiciones+concejal" y las veréis. Hay que tener mucho cuidado cuando se hace daño injustamente a alguien, uno nunca sabe si el otro es algún esotérico, este había sido de los buenos y se llama Guillermo Capellán. Mejor digo, amigos, os bendigo!!!

    14 de agosto de 2009 18:46
    Demetrios dijo...
    Busqué la página y encontré la noticia del Concejal Esotérico. Es espeluznante la maldición contra el empresario Antonio San Millán quien habría financiado el complot porqu el Concejal Esotérico le quería cobrar los impuestos y a la vez era hermano del Alcalde de Salta. Les dijo: "pagarán con lágrimas de sangre la falsa acusación que me hicieron" y el hijo de 16 años murió inexplicablemente aplastado por mini tractor de cortar cesped. Las maldiciones existen y uno nunca debe dañar a nadie. El Concejal antes que suceda todo anunció por radio y en la prensa escrita lo que iba a pasar... El Concejal se llama Guillermo y hay mucho más en todo eso.
    Ahora tenemos: "Las Maldiciones del Concejal Esotérico Guillermo Capellán"

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